La semana pasada terminé un diplomado de salud familiar, que les puedo decir, llena de nuevos conocimientos para seguir por éste camino de la rehabilitación. Dentro de la salud familiar, apareció un término que ya era bastante familiar “el síntoma”.
¿Qué es el síntoma?
Según la Real academia de la lengua española, el síntoma es: “Alteración del organismo que pone de manifiesto la existencia de una enfermedad y sirve para determinar su naturaleza”. En el ámbito de las ciencias de la salud, un síntoma es "la referencia subjetiva que da un enfermo de la percepción que reconoce como anómala o causada por un estado patológico o una enfermedad".
Cómo podemos ver, todos coinciden que el síntoma es sinónimo de una enfermedad. Y si dijéramos que no existe una enfermedad, pero tienes un síntoma, es decir, percibes el dolor de hombro, el dolor de rodillas, una alergia, el dolor de un pie, un resfriado, la crisis de pánico, la ansiedad, el dolor de un músculo, etc, pero cuando te haces un examen, éste sale sin alteraciones o los medicamentos no hacen el efecto esperado. PLOP!
¿Qué pasó?
Los síntomas en medicina de familia no son señales de enfermedad, sino "de vida"; en la consulta entra, junto al paciente, toda su vida. La persona en relación consigo misma y su contexto percibe una disfunción o alteración. Es decir, la valoración en la sola molestia física expuesta por la persona puede ser un error, al no haber identificado el problema real.
El síntoma, puede ser señal de que algo no está bien, en cualquier ámbito de tu salud, ya sea cuerpo, mente, alma y por supuesto tú entorno. “El cuerpo habla lo que la boca calla”, una célebre frase que sólo nos demuestra, que ésta maravillosa máquina que es el ser humano, funciona perfecto cuando está en un completo equilibrio, si no logramos mantener todos componentes en armonía, por algún lado, el cuerpo se manifestará. Cada vez están siendo más comunes “dolores”, porque la familia está en crisis ya que un hijo se va del hogar, o porque hay un abuelito enfermo, o porque el papá se quedó sin trabajo, o porque una mamá ya no recuerda cómo ser mujer, o porque un papá ya no recuerda cómo ser hombre, o porque existen problemas de violencia, abuso, y un largo etc. Son cosas cotidianas, que no logramos percibir como un estímulo que nos está enfermando. Y bueno, para eso están los especialistas en salud familiar, para guiar, descubrir y resolver juntos el origen del síntoma, como la espada del augurio de los thundercats, “ver más allá de lo evidente”.
Que tengan unas bellas fiestas de fin de año. Mis mejores deseos para el 2019. Los espero
Un abrazo fraterno
Kinesióloga Loreto Goeppinger
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